La gestión de patrimonios es el conjunto de servicios fintech que se proporcionan a los inversores para que puedan mantener, administrar e incrementar su riqueza.
El mundo financiero ofrece varios desde el punto de vista de la inversión y/o ahorro: productos bancarios, acceso a mercados primarios y secundarios de bolsa y renta fija, gestión de carteras, fondos de inversión, SICAVs y de planes de pensiones e incluso la inversión indirecta en inmuebles.
Tradicionalmente el pequeño inversor (tanto particular como empresa) estaba limitado a que esta gestión se hiciera desde el banco comercial del que es cliente. Es decir, un mismo empleado de una entidad financiera le gestionaba las ventajas de domiciliar la nómina y los recibos, tener una tarjeta de débito, hacer una hipoteca a 30 años o invertir en bolsa. La historia reciente ha mostrado los graves problemas que esto ha supuesto. Incluso el cliente más pudiente de estas entidades, el que tenía acceso a la banca privada o a la banca patrimonial de un banco, ha vivido situaciones similares e incluso peores.
Por desconocimiento o por la existencia de un capital mínimo, la mayoría de inversores han obviado otra tipología de empresas que prestan estos servicios de un modo específico e independiente de la banca: son las ESI (Empresas de Servicios de Inversión) entre las que encontramos Agencias de Valores, Sociedades de Valores, Gestoras Discrecionales de Carteras y las EAFI.
Algunas de estas ESI's se están adaptando rápidamente a la situación tecnológica, social y económica y se están creando empresas fintech gracias a las cuales la gestión del patrimonio queda al alcance de cualquier personas. A ellas se les añadirán, más pronto que tarde, los gigantes de la era de internet como Google, Facebook o Amazon.
Si bien la diversidad de servicios tecnofinancieros de gestión de patrimonio es amplia, tienen ventajas comunes:
En la mayoría de casos, se puede ser cliente de estas fintech sin necesidad de aportar un capital inicial elevado. Al prestar servicios exclusivamente online, los costes variables de estas empresas son bajos y se repercuten de forma reducida a sus clientes.
En la actualidad estas empresas no pertenecen a grupos financieros, aunque es posible que en un futuro la banca tradicional quiera entrar en el mercado. El asesoramiento y gestión de patrimonios independiente es un factor positivo para el cliente, ya que la operativa no estará relacionada con un interés de la entidad, sino en beneficio del cliente.
Se eliminan las colas, las esperas, los horarios de oficina: las fintech están abiertas 24 horas, 7 días a la semana y 365 días al año.
Tipos de Fintech de Gestión de Patrimonios
En principio se pueden agrupar las fintech de gestión de patrimonios en tres grupos, aunque en ocasiones sea complicado encasillarlas, por ofrece varios servicios o porque su naturaleza tiene algo que la hace única:
Es operativa automatizada que cada cliente particular puede replicar en su propia cuenta de valores. Normalmente se hace de forma apalancada a través de futuros o Forex, es decir invirtiendo mucho más de lo que realmente se ha aportado y, por tanto, los riesgos son muy elevados.
No te olvides de las comisiones y gastos de cancelación de tus deudas anteriores: para unificar tus deudas tienes que cancelar anteriormente todas las anteriores y asumir gastos como comisiones de cancelación o, en tarjetas revolving o de pago aplazado, que sólo permiten el pago fraccionado de la deuda, comisiones por la amortización en su totalidad. Ten en cuenta todas estas cantidades a la hora de solicitar la cantidad necesaria para unificar tus deudas.
Son webs y portales online donde los inversores profesionales y particulares interactúan ofreciendo informes, consejos u opiniones. La versión más agresiva son las denominadas "Plataformas de Social Trading" donde los inversores menos cualificados pueden replicar la operativa de otros usuarios.
Sea cuál sea el servicio, la tipología o la marca de la fintech hay puntos clave que el usuario debe tener muy en cuenta:
Estas empresas deben tener las autorizaciones pertinentes para prestar servicios de inversión en España. Ver aquí información del regulador, la CNMV.
Hay que huir de promesas de rentabilidades extraordinarias.
Para prestar un servicio de asesoramiento o gestión de patrimonios la fintech debe tener muy claro el perfil de riesgo de su cliente. En las empresas tradicionales hay un experto que puede ayudar a perfilar, sin embargo en las fintech únicamente se utilizan cuestionarios que deben ser rellenados con la absoluta sinceridad.
Aunque la fintech perfile bien al cliente, éste debe ser consciente de lo que puede arriesgar, el plazo en el que deberá estar invertido y los factores que le pueden hacer perder o ganar dinero.
Si la fintech ha perfilado bien, y el cliente conoce los riesgos y potencial rentabilidad, durante el plazo de la inversión se debe ser disciplinado: si la inversión está dentro de los parámetros "acordados" no hay que deshacerla por miedo, euforia o noticias varias. Al no haber un asesor experto que ayude de forma directa, el cliente debe tener cierta formación y hacer un seguimiento con total objetividad.