La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el supervisor público encargado de vigilar las empresas de crowdfunding que operan en España, mediante la modalidad de crowdfunding de préstamo (crowdlending) y crowdfunding de capital o proyectos (equity crowdfunding). Para este tipo de fintech de pedir e invertir dinero, a cambio de intereses o participaciones en el capital social de las empresas, existe la obligación de estar dadas de alta en la CNMV como plataformas de financiación participativa. A día de hoy ya hay 13 startups tecnofinancieras debidamente dadas de alta en el registro.
Francisco Rosales, notario de Alcalá de Guadaíra, nos explica en este artículo las Leyes que rigen para cada tipo de actividad crowdfunding, ya que no todas están supervisadas por la CNMV.
Crowdfunding CNMV para pedir dinero
Si queremos pedir dinero a una fintech, es muy importante que nos aseguremos antes de que cumplen escrupulosamente con la legalidad vigente. Si buscamos un préstamo colectivo, par devolverlo mediante mensualidades y pagar los intereses y comisiones que se estipulen, debemos acudir a plataformas de crowdlending dadas de alta en la CNMV. No pidamos dinero a empresas que no están verificadas por la CNMV, podríamos estar pactando con el diablo tecnofinanciero.
Si somos una empresa que quiere captar fondos abriendo parte de nuestra sociedad a pequeños inversores, acudamos siempre plataformas de crowdfunding de capital dadas de alta en el registro público de la CNMV.
Crowdfunding CNMV para invertir dinero
Si buscamos rentabilidad por nuestros ahorros mediante una fintech, dejar dinero de forma colectiva a prestatarios solventes analizados por una plataforma de crowdfunding de préstamo puede ser una buena idea, si tenemos claro que podemos perder el capital si el prestatario no cumple su parte del contrato. No confiemos nuestro dinero a empresas tecnofinancieras no supervisadas por la CNMV.
Mucho menos entremos en el capital social de empresas que ofrecen esta alternativa en plataformas de crowdfunding de capital que no están filtradas por la CNMV. Al riesgo inherente de perder nuestra inversión si la empresa no va bien, se le uniría el peligro de estar operando con fintechs que obvian la legalidad vigente en España.
Crowdfunding y CNMV, dos realidades que combinan muy bien.