Financiación alternativa de Pymes

A mediados de diciembre del año pasado, el Banco Santander anunciaba la creación de Tresmares Capital, una nueva plataforma independiente de financiación alternativa para pymes. El objetivo de esta plataforma es el de facilitar a las empresas fórmulas alternativas a la financiación tradicional, desde deuda privada o personalizada a fórmulas de participación en el capital.

Con este paso, el Santander pretende hacerse un hueco en el nicho de jóvenes empresas que, o bien por el riesgo de su actividad, o bien por su extremada juventud, tienen difícil el acceso a la financiación que ofrece la banca tradicional, a pesar de que su plan de negocio pueda resultar atractivo.

Lo cierto es que el Banco Santander ha comunicado que su intención es la de crear un efecto multiplicador sobre las posibilidades de crecimiento de las pequeñas empresas, con el consiguiente impacto positivo en la economía y en el empleo en España. Tres Mares identificará a las pymes con un mayor potencial de desarrollo, las escogerá y, a partir de ahí, acompañará su desarrollo para «convertirlas en las grandes compañías del futuro«. Este análisis de empresas emergentes se llevará a cabo mediante una metodología específicamente desarrollada para anticipar tendencias de mercado con herramientas de inteligencia comercial y análisis avanzado de datos y se centrará en sectores con amplio potencia ce crecimiento, como son genética, alimentación saludable, nanomateriales o tecnología para el mundo agrario.

Con este paso, el Santander entra de lleno en el nicho de mercado de las empresas emergentes, en el que las fintech ocupan un lugar destacado, siendo la primera entidad bancaria tradicional en dar este paso. Así, la plataforma ofrecerá un abanico completo de los productos financieros disponibles en el mercado (desde deuda bancaria hasta deuda privada o aportaciones de capital, también privado o de la propia plataforma), con lo que se cubrirían todas las necesidades financieras de las pymes en cada fase de su crecimiento.

Tres Mares nace con una estructura independiente del banco. Su gestión estará a cargo de un equipo de profesionales especializados en la gestión de fondos de capital riesgo y en estructuración de operaciones estará liderado por Borja Pérez Arauna y Borja Oyarzabal, ambos con «amplia experiencia en el mundo de la inversión» como gestores especializados en pymes y larga experiencia en este segmento. Su financiación cuenta con 900 millones de euros para el otorgamiento de deuda privada, además de participar con el 40% de un fondo de capital de 175 millones más (es decir, otros 70 millones), dejando el 60% restante en manos privadas.

En cuanto a la forma de funcionar, se sabe que el fondo de capital tendrá fijada una horquilla de inversión por compañía de entre 4 y 30 millones de euros, mientras que la posibilidad de deuda se moverá entre 2 y 11 millones, aunque también se advierte que esto tendría una cierta flexibilidad en función de las circunstancias.

En lo que se refiere al fondo de capital riesgo, se sabe que la plataforma adquirirá principalmente participaciones minoritarias en el accionariado de las pymes, ya que su intención es la de acompañar a las compañías, aunque no se descartan situaciones concretas en la que Tres Mares pueda hacerse puntual y transitoriamente con una posición de control.

Y con esto se termina de entender un poco la filosofía de esta plataforma: será una fintech, con herramientas propias de las mismas, que se encargará de dar servicios de financiación a otras fintech emergentes. Estas empresas, cuando puedan cumplir los requisitos de rentabilidad y estabilidad exigibles por los criterios de la banca tradicional, seguramente serían redirigidas a los canales de financiación del banco de Santander.

Y es que este es el camino que podría llevar a cabo banca tradicional con respecto a las fintech: en lugar de competir con ellas, o directamente dejarles un nicho de mercado en el que aparentemente no pueden competir, el paso sería fomentar la creación de plataformas alternativas de financiación, con herramientas propias de las fintech, con el fin de conducir, a la larga, a estas empresas emergentes a los canales propios de financiación del banco.

Por último, decir que esta plataforma podría coordinarse con el Fondo Smart de Santander, otro vehículo de deuda privada dotado con 620 millones de euros, ya en funcionamiento y enfocado específicamente a financiar proyectos de empresas con criterios de crecimiento de empleo o innovación.