El crowdfunding no sólo es una realidad en España, es una forma de financiación colectiva de todo tipo de proyectos que no para de crecer. Quizá en nuestro país el ritmo es algo menor que en el resto del mundo, por culpa de ser un país excesivamente bancarizado, pero sus tasas de crecimiento son cada vez mayores y fruto de esto es que siguen naciendo distintas plataformas que cubren una gran variedad de oportunidades.
Las ventajas son claras. Por un lado, ofrece en muchos casos mejores alternativas de financiación tanto para particulares como para empresas. Por el otro, ofrece atractivas remuneraciones para los inversores. Todo ello, con otras ventajas añadidas como una respuesta rápida, costes reducidos en conceptos como la cancelación de los préstamos, no constituir un nuevo riesgo bancario que figura en la Central de Riesgos del Banco de España (CIRBE) y diversificar y no depender tanto de la financiación bancaria.
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