Bitcoin ya es una moneda de curso legal en un país: El Salvador. Su presidente, Nayib Bukele, ha conseguido ser el primer país del mundo en adoptar esta criptomoneda como divisa legal, que coexistirá junto al dólar. Todo, gracias a la Ley Bitcoin impulsada por su controvertido presidente y aprobada por la Asamblea de la Comisión Financiera el pasado 8 de junio en un tiempo récord.

Para poder empezar a operar con esta moneda, el gobierno de El Salvador ha lanzado una cartera virtual denominada Chivo Wallet. Así mismo, ha instalado en este país de apenas 6,5 millones de habitantes, 200 cajeros automáticos (puntos Chivo), desde donde podrán retirar efectivo en dólares. Además, y cómo si de la oferta de una entidad financiera se tratara, el Gobierno de El Salvador ingresará 30 euros en Bitcoin a todos sus ciudadanos que se descarguen la aplicación móvil que, por cierto, ha sufrido sobrecarga de transacciones y ha tenido que ser suspendida unas horas mientras se solucionaban los problemas técnicos, como nos explican en este artículo los compañeros de Xataka.

Uno de los asuntos más espinosos es el hecho de que Bukele haya aprobado en esta Ley  que el tipo de cambio «será establecido libremente por el mercado», lo que deja serias dudas sobre la estabilidad o volatilidad de esta criptomoneda.

Un Ley Bitcoin de dos páginas

En una Asamblea que duró poco más de 5 horas se aprobó esta novedosa Ley, que, aunque se presenta de compleja implantación, se ha visto plasmada en una Ley Bitcoin de apenas dos folios y 16 artículos.

Los puntos más destacables de este articulado son los siguientes:

  1. Todo precio y tributo podrá ser expresado y pagado en Bitcoin.
  2. Las transacciones mediante Bitcoin no estarán sujetas a impuestos sobre ganancias de capital.
  3. El dólar americano permanece como moneda a efectos contables.
  4. Toda transacción económica dentro del país podrá realizarse con Bitcoin a instancia del interesado, salvo que una de las partes no cuente con las herramientas tecnológicas necesarias.
  5. Dado que en El Salvador hay una buena parte de la población sin acceso a medios tecnológicos para operar con Bitcoin, el Estado proveerá de estás herramientas a aquellos ciudadanos que lo necesiten y así lo deseen.
  6. El estado de El Salvador creará un fideicomiso en el Banco de Desarrollo de El Salvador (BANDESAL) para salvaguardar la conversión automática e instantánea de bitcoin a dólar.  Leer Ley de creación del fideicomiso Bitcoin fechada el 31 de agosto de 2021.

Foco de atención mundial

No hay duda de que toda la comunidad internacional que maneja Bitcoin y criptodivisas en general está celebrando la noticia: por primera vez, un gobierno no sólo «legaliza» una criptomoneda sino que estimula su uso entre la población, cambiando así un paradigma del que casi ningún gobierno quiere oír ni hablar. La apuesta es muy fuerte, Bukele, que ha ascendido en la política salvadoreña de manera meteórica, cuenta con una gran popularidad en su país. Ahora bien, la decisión que ha tomado va a tener múltiples consecuencias económicas y sociales.

Si estas consecuencias son favorables, no sólo se consolidará la confianza de los salvadoreños en Bukele, sino que otros países pueden seguir el ejemplo del El Salvador y pasar también a aceptar el Bitcoin como divisa del país.

Pero no todos los salvadoreños están de acuerdo con esta Ley, y es que no a todo el mundo le apetece ser el conejillo de indias de un experimento, y menos si es con salud o dinero.

Los detractores aducen, además de la volatilidad de la criptomoneda, la falta de recursos tecnológicos por parte de toda la población, así como la ambigüedad de ciertos artículos de esta Ley, como por ejemplo en su artículo n.º 7, donde dice:  «Todo agente económico deberá aceptar Bitcoin, como forma de pago cuando así le sea ofrecido por quien adquiere un bien o servicio», que parece contradecirse con lo expresado en el artículo n.º 3 de esta misma Ley: «Todo precio podrá ser expresado en Bitcoin». Y es que por mucho que Bukele haya dicho en redes sociales que el uso del Bitcoin es opcional, el artículo n.º 7 parece contradecir, o al menos confundir, este hecho. Como podemos ver, la polémica está servida.

Habrá que estar muy atentos a la evolución de este país, convertido en laboratorio de Bitcoin, a ver cómo se implementan las medidas necesarias para poder aplicar esta ley, y después, ver qué efectos, positivos o negativos, surgen de esta ¿brillante? idea.