Riesgos de los minicréditos

En plena crisis económica por el Coronavirus, la falta de ingresos puede llevar a muchas a no poder cubrir sus gastos básicos y acabar las cuentas en números rojos. En este contexto los minicréditos pueden convertirse en una alternativa para hacer frente a estos gastos o sencillamente conseguir dinero en efectivo que posteriormente devuelvan cuando reciban ingresos. Pero esta contratación puede lleva a muchos riesgos tal y como ha constatado Asufin en un estudio sobre este tipo de productos, suponen un importante riesgo que va mucho más allá de sus importantes intereses, que en algunos casos superan hasta el 3.500% TAE para 300 euros a devolver en 30 días.

En declaraciones para Enfintech.com de la presidenta de Asufin, Patricia Suarez, «Los minicréditos son soluciones rápidas pero que nos pueden salir muy caras. Los tipos de interés son elevadísimos y por su propia mecánica, pequeñas cantidades a corto plazo, puede generar rápidamente un sobreendeudamiento en las familias. En estos tiempos en los que muchas familias están a la espera de la prestación de desempleo, puede ser una tentación muy cara, por lo que la banca tradicional debería implementar anticipos para las familias que puedan acreditar que contarán con ingresos en unas semanas y evitar así agravar su situación en estos difíciles momentos.»

Riesgos de los minicréditos

La gestión de este tipo de préstamos es la que conlleva más riesgos. En primer lugar, tenemos el importante reclamo del «préstamo gratis». Este modelo de negocio se basa expresamente en que el cliente repita operaciones, ya que la morosidad es alta debido a que el análisis de riesgos es casi inexistente (algunas empresas solo revisan la inclusión de ficheros de morosos, pero incluso algunas empresas aceptan clientes con impagos en ASNEF). Una vez captado el cliente es muy normal que se le mande constantemente publicidad para que pida más minicréditos.

Esto conlleva el segundo riesgo, que se cree un efecto «bola de nieve» de la deuda, acumulando préstamos por la imposibilidad de hacer frente a los pagos anteriores. Por ejemplo, pides 300 euros y tienes que pagar 405 euros al mes, como no puedes hacerlo antes de que venza pides otro préstamo a otra compañía por los 405 euros, que va exclusivamente a pagar lo que debes del primero. El problema se va incrementando a medida que no puedes devolverlo por falta de ingresos. No olvidemos que este tipo de financiación se centran en clientes con pocos recursos y problemas económicos agravan la situación financiera del cliente.

A esto añadimos prácticas derivadas de la dinámica interna del funcionamiento de estos préstamos. Muchos, por ejemplo, permiten la prórroga, con plazos máximos que no suele superar el establecido en el préstamo, es decir en un préstamo a 30 días, como máximo 30 días más. En este caso lo más normal es que el coste financiero, por comisiones o intereses, doble la TAE inicial.

Minicréditos impagados

Pero es si se llega a una situación de impago, porque no se pueden conseguir fondos y se agoten las posibilidades de prórroga. En este caso además de comisiones de reclamación que llegan hasta a un 28% del importe que se debe se añaden unos intereses incluso más abusivos que llegan hasta el 2% diario sobre la deuda. El resultado es que encontramos TAE de hasta un 124.656% TAE como en el caso de OK Money.

Por todo ello, en el análisis que tenemos que hacer previamente a solicitar un minicrédito no solo hay que tener en cuenta su coste elevado sino esencialmente la capacidad real de devolución por ingresos ordinarios. También si existen otras formas de financiación alternativas, como que el banco anticipe ingresos, incluidos subsidios de desempleo. El impago es el que convierte el gran problema de sus costes elevados en una auténtica trampa financiera.

Minicréditos y usura

Estamos ante un tipo de financiación que a todas luces incumple la Ley Azcarate y, port tanto, podrían considerarse contratos nulos por usura, aparte de poder ir por la vía de la abusividad por falta de transparencia que señala el Tribunal Supremo en su jurisprudencia.

Si has contratado un minicrédito y tienes problemas, no dudes en poner tu caso en manos de una asociación con experiencia contrastada y vocación de servicio a la defensa de los derechos de los consumidores como Asufin.