
Desde que se creó la UE, el objetivo ha sido crear un espacio comunitario común en el que los países miembros operen entre ellos con más facilidad, reduciendo fricción en todos los ámbitos: económico, burocrático, etc. Una de las áreas en la que más incidencia se está dando es la estandarización de las operaciones entre los bancos de los países pertenecientes al espacio europeo. En este sentido no hay que olvidar que el espejo de la UE sigue siendo Estados Unidos, el cual tiene modelos y políticas mucho más estandarizadas, lo que conlleva ventajas comparativas y, por tanto, el liderazgo en cuestiones financieras.





