Tal y como ya avanzamos anteriormente, la salida a bolsa de Coinbase, el mayor comercializador de criptodivisas de EE UU, promete ser un auténtico terremoto en el ámbito de las fintech. Esta empresa nació como monedero digital de criptomonedas y, rápidamente, supo evolucionar hacia una exchange de criptomonedas a través de la cual un usuario puede utilizar dinero real para comprar diferentes tipos de criptomonedas, pudiendo igualmente venderlas en el momento que se quiera.

Y es que el mercado de las criptomonedas no ha dejado de calentarse en el último año y divisas digitales como el Bitcoin han marcado máximos en sus cotizaciones en las últimas semanas. Inversores, algunos avezados en la materia y otros no, se acercan a este producto al tiempo que los supervisores comienzan a inquietarse por el auge de un producto que entraña grandes riesgos.

Es en ese contexto en el que, tras mucho tiempo de preparativos y rumores, Coinbase  llegará al parqué, ya que puede convertirse en el espaldarazo que respalde la consolidación de un sector que, aunque se halla en pleno crecimiento, genera muchas dudas por su volatilidad y su falta de regulación.

No es la primea vez que la empresa coqueteaba con una posible salida a bolsa, ya en el 2017, Coinbase, que se situó como la aplicación de monedero más descargada durante un tiempo, llegando a superar los 1.600 millones de dólares de valoración, especuló con su posible salida a bolsa. Todo quedó en nada, de lo que se deduce la posibilidad de que fuera sólo un globo sonda. Cuatro años más tarde, aprovechando un nuevo boom del bitcoin y con una valoración  de 68.000 millones de dólares, la compañía presentó hace unos días el folleto en la SEC, el equivalente estadounidense a la CNMV española. Este documento es el que deben entregar todas las compañías que pretenden salir a los mercados, mostrando en profundidad toda la información financiera y su balance.

Resultados contables de Coinbase

De hecho, los números que exhibe Coinbase en dicho folleto son los resultados trimestrales para el primer trimestre de 2021, con datos realmente sobresalientes:

  • 1.800 millones de dólares de ingresos: multiplica por 9 lo que logró en el mismo periodo de 2020, y multiplica por 3 los ingresos del trimestre anterior. En todo 2020 los ingresos fueron de 1.100 millones de dólares. De esos ingresos, entre 730 y 800 millones de dólares son ingresos netos.
  • 56 millones de usuarios verificados: crece un 117% respecto al mismo periodo de 2020 y un 30% respecto al trimestre anterior (43 millones).
  • 6,1 millones de usuarios activos: crecen desde los 2,8 millones que había en el trimestre anterior.
  • 223.000 millones de dólares en activos: crecen casi un 150% respecto a los 90.000 millones que manejaban el anterior trimestre.

Esta salida a bolsa, se realizará mediante cotización directa, una fórmula alternativa a la Oferta Pública de Venta (OPV) en la que no se crean nuevas acciones y a través de la cual la empresa no espera captar capital nuevo, según ha declarado en ocasiones anteriores. Mediante la cotización directa, los inversores pueden empezar a vender sus participaciones en cuanto la empresa empiece a cotizar, en lugar de esperar a que expire un periodo de bloqueo, que suele ser de hasta seis meses en una OPV.

Según datos de Bloomberg publicados a mediados de marzo, el precio medio de las acciones de Coinbase entre enero y el 15 de marzo fue de 343,58 dólares, lo que daría a la compañía una valoración en el mercado público de unos 67.600 millones de dólares (57.500 millones de euros), basándose en el número total de acciones en circulación hasta esa fecha.

Volatilidad de la acción de Coinbase

Sin embargo, no hay que olvidar que el principal de estos riesgos es el de la volatilidad. Coinbase reconoce en el citado documento que se trata de un negocio con una «naturaleza altamente volátil». Es decir, sufre de bruscos cambios de valor, lo que puede ser un indicativo de una alta especulación, y pone un ejemplo. El valor promedio de los activos que gestiona su plataforma (fundamentalmente Bitcoin y Ethereum) subió un 73% entre el último trimestre de 2019 y el primero de 2020 y se desplomó a continuación un 36% en cuestión de semanas.

Y es por esto que advierte que no se debe confiar en los resultados pasados «como una indicación de su desempeño futuro», añadiendo que los negocios en el marco de cualquier criptoactivo «están sujetos a una incertidumbre y volatilidad significativos (…) con cambios de precio erráticos y abruptos«.

Déficit de regulación de las criptomonedas

Pero no sólo es ese el riesgo del que advierte el folleto de Coinbase. Aspectos como una regulación prácticamente inexistente en el seno de la «criptoeconomía», motiva que este tipo de empresas se vean obligadas de vez en cuando a aplicar normas a su propio juicio, ante el vacío legal existente. Esto, advierten, podría afectar a los usuarios en tanto en cuanto se vayan implementado normas o leyes que contradigan lo aplicado por la empresa, lo que podría afectar tanto a los costes de los usuarios por los servicios de la empresa, como hasta la propia prohibición de alguna de las actividades de la misma.

Y, de entre los muchos riesgos que se detallan en el documento, en el que Coinbase reconoce que un debate público crítico con las criptomonedas afectará a su negocio. «Una cobertura mediática desfavorable podría poner en riesgo nuestro negocio», apunta la compañía.  Igualmente, asume que problemas como el uso de la plataforma para actividades delictivas o «la disminución de la confianza de los usuarios» provocaría una caída en los resultados de la compañía.

Así las cosas, se entiende la expectación generada ante lo que pueda ocurrir en esta primera salida a bolsa de una empresa dedicada al mundo de las criptomonedas, vaticinándose la cotización de esta empresa posiblemente tan impredecible y volátil como la de los propios activos con los que trabaja.