En un estudio realizado en 2012 por el Deutsche Bank se advertía que, tanto Google como Apple, podrían arrebatar a la banca tradicional parte de su negocio en un plazo de tres a cinco años. Pronosticaban que en 2017, por tanto, podríamos ver nacer un Google Bank o un Amazon Bank. Bien, han transcurrido seis, y ninguna de esas dos empresas parecían tener interés por dar ese paso. Sin embargo, eso no ha significado que el sector financiero no tenga atractivo para grandes empresas que, a priori, se podrían considerar ajenas al sector. Igualmente, este informe advertía, no solamente de los gigantes tecnológicos. En él se anunciaba que los bancos sufrirían una dura competencia de empresas como Amazon y Paypal, que se introducirían primero en el mercado de transferencias comerciales y posteriormente en el de préstamos y depósitos.
Ese momento parece haber llegado en lo que a Amazon se refiere: el banco de Amazon empieza a cobrar fuerza en varios países. Dar la bienvenida a un banco de Amazon en España en 2018 o algo más tarde ya no es una teoría extraña, sino un futuro probable. La multinacional norteamericana parece estar ensayando su asalto al mundo financiero en India y en México: la compañía ofrece servicios únicos de pago y contacta activamente a empresas emergentes de tecnología financiera (fintech) con el objetivo de crear plataforma y herramientas digitales que permitan crear alternativas a la banca. El objetivo al hacerse con estas empresas es poder ofrecer una alternativa de pagos on line que pueda, no sólo obviar al sistema financiero tradicional, sino también prescindir de las tarjetas de crédito.
Por ejemplo, en India tienen un servicio de recogida de efectivo a domicilio para que los clientes puedan cargarlo en una billetera digital. Esto sustituye a la custodia del efectivo que realizan los bancos en las tradicionales cuentas corrientes. Por su parte, en México tiene un servicio de pago en efectivo destinado a ser una alternativa a una tarjeta de crédito o débito. Además invierte en bancos fintech, como es el caso de BankBazaar en México.
Pero lo de Amazon no se limita a un experimento en un país extranjero, en los propios Estados Unidos también va poco a poco haciendo incursiones y prospecciones selectivas en el sector financiero. Aunque no proporciona aún a sus clientes servicios financiero-bancarios como entidad de amplio espectro, no es menos cierto que Amazon ya ha empezado a preocupar seriamente al sector. No podemos obviar que, una media de 33 millones de estadounidenses, utilizan cada semana el sistema de pagos del gigante de Seattle, y además que ya ha prestado desde 2.011, más de 3.000 millones de dólares a pequeñas empresas de su plataforma. Además del lanzamiento de Amazon Cash hace cosa de un año, sistema que permite a los usuarios cargar y gestionar fondos en su cuenta de Amazon.
Las compañías tecnológicas poseen dos elementos capitales importantes cuando se trata de tener éxito en los pagos y préstamos del consumidor, como son los datos y la relación con el cliente. Por eso será inevitable que las tecnológicas se involucren más en el sector financiero para explotar esa ventaja competitiva.
De hecho, Amazon no es la única que está explorando esta posibilidad. La operadora Orange ha entrado de lleno en el negocio con Orange Bank en Francia, servicio que llegará a España en 2019. Ofrecen un banco 100% móvil en el que podremos realizar todos los trámites habituales directamente desde el móvil.
Amazon Bank, Google Bank, Facebook Bank, Orange Bank… nuevos bancos, que obligarán a los de siempre a cambiar de forma radical su forma de tratar a los clientes. A riesgo de desaparecer.
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