Muchas empresas del sector energético han dado un vuelto a sus políticas estratégicas y han apostado por cambiar hacia un tratamiento de energías limpias y renovables. Cepsa y Repsol, por ejemplo, han sido las últimas en prestar más atención a la utilización de gas natural, más limpia y barata que el butano o propano.
¿Qué son las energías renovables?
Las energías renovables reciben esta denominación porque son un tipo de energía inagotable, es decir, que por mucho que las utilicemos y explotemos nunca se acaba su aprovechamiento. A diferencia del petróleo o el carbón, las energías renovables suponen una fuente energética mucho más sostenible y duradera, lo que permite a cada vez más empresas obtener beneficios al usarlas, ya sea en términos económicos como medioambientales.
Dentro de las energías renovables podemos encontrar los siguientes tipos:
- Energía solar: Esta energía es la que proviene del sol a través de su radiación electromagnética. Dentro de la solar, podemos encontrar dos tipos de energías: la térmica y fotovoltaica. Entre sus principales usos está el de calentar el agua que aprovechamos para labores de cocina o limpieza.
- Energía hidráulica: Es la que se obtiene a través del agua y su paso por un alternador. El proceso consiste en filtrar el agua de pantanos u otras zonas por unas turbinas hidráulicas convirtiéndola así en energía.
- Energía eólica: Este tipo de energía surge a través del aire que se obtiene mediante los molinos o aerogeneradores, dando lugar a un tipo de energía cinética.
- Energía maremotriz: Este tipo de energía es menos común que las tres anteriores, sin embargo, cada vez se utiliza en mayor medida. Es la que se obtiene a través de la energía generada por el oleaje y corrientes marítimas.
- Energía geotérmica: Esta energía es más difícil de adquirir que las anteriores, pues se encuentra bajo la superficie terrestre en forma de calor.
¿Cómo afecta el uso de energías renovables a las empresas?
Con vistas a preservar el medio ambiente y a prevenir los efectos negativos del cambio climático, cada vez más empresas de muchos sectores han ejercido políticas responsables y sostenibles en sus actividades regulares.
Apostar por energías limpias significa optar por un tipo de energía más barata, y que aporta muchos beneficios para empresas privadas al no tener que depender de las regulaciones propias del mercado del gas o petróleo. La principal ventaja es que al ser considerada una energía renovable, su coste tiende a mantenerse, convirtiendo su inversión en una operación rentable que, además, permite crear más puestos laborales, ya que involucra de forma directa a los empleados en procesos con un fuerte valor añadido en términos de fabricación, instalación, mantenimiento y comercialización.
Todo ello ayudará a las familias a reducir considerablemente el importe en sus facturas de luz y gas.
¿Por qué las energías limpias aumentan la competitividad?
Uno de los aspectos clave para la apuesta y gran inversión de las principales empresas energéticas en el uso de energías limpias y renovables es el constante desarrollo tecnológico, además de una mayor formación en personal de organización territorial y un aumento de las investigaciones.
Según muchos estudios, se prevé que para el año que viene, muchas de estas energías limpias podrán competir de forma directa con aquellas que emplean sus recursos energéticos a través de combustibles fósiles, equiparando sus precios y, además, ayudando a preservar el medio ambiente durante su utilización.
Es decir, los costes generados en energías renovables anteriormente citadas como la eólica, fotovoltaica o solar, han sido similares durante el último año a los costes derivados en extracción de un combustible fósil como es el carbón.
Todo ello ha provocado que aumenten las inversiones en este sector, puesto que, además, otorga una imagen muy beneficiosa para la compañía, al mostrar un compromiso de forma oficial con el medio ambiente.
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